Serie Erika Foster #3
de Robert Bryndza
La detective Erika Foster recibió una pista para resolver un importante caso de narcóticos. La pista está escondida en una cantera abandonada en las afueras de Londres, por lo que ordena que sea registrada.
Allí, entre el lodo espeso, encuentran un alijo de droga, pero también lo que parece ser el esqueleto de un niño pequeño.
Los restos se identifican como los de Jessica Collins, de siete años, la chica desaparecida que llenó los titulares hace veintiséis años.
Mientras Erika trata de juntar las nuevas pruebas con las antiguas, e indaga más sobre el pasado de la familia Collins, se pone en contacto con la principal detective del caso en aquella época, Amanda Baker.
Pero alguien guarda terribles secretos, alguien que no quiere que este caso sea resuelto y que hará todo lo que esté en sus manos para evitar que Erika descubra la verdad.

Conclusiones de Aguas Oscuras
¡Increíble!
Esta entrega creo que es mi favorita, y es más oscura de lo que pensaba, con un suspenso que te mantiene alerta.
Me gusta como los personajes, que ya habíamos conocido de los otros dos libros anteriores, van evolucionando. Como Erika comienza a superar sus traumas del pasado poco a poco y a dejar de lado su personalidad fría.

Pasando los primeros capítulos, donde te van presentando a los personajes y sus historias de vida, termine devorando el libro en unas pocas horas; una de sus mejores partes son los capítulos cortos que conforman el libro, provocando que cada vez que terminas uno quieres seguir y saber que sucederá.
Terminé encantada con el final, no precisamente de los sucesos, sino de cómo Robert logró sorprenderme de un momento a otro; aun cuando te daba pistas mantuvo el suspenso casi hasta el final.
Si tuviera que decir algo que no me agrado es que, tal y como en cada historia nueva, los primeros capítulos no me atraparon y me costaba más pasar las páginas.
Pero además de eso la novela es muy buena y la recomiendo… sobre todo si se leen la saga completa de Erika Foster.
“No dejo de pensar en ese día de hace tantos años: en aquel siete de agosto. Reviso una y otra vez las declaraciones de los testigos, de cientos de personas que estaban por la zona, de los vecinos que no habían salido.
¿Cómo es posible que una niña desapareciera así como así?”