por John Katzenbach
Este libro me llegó de sorpresa buscando una adquisición nueva para mi colección, en el momento no tenía idea de que Katzenbach había escrito una parte dos; la historia es buena y original, siguiendo un esquema parecido al libro anterior comenzando con el planteamiento de la intriga, la búsqueda del “amenazador”, la resolución del enigma y termina con el tanto esperado como inesperado twist del final.
El doctor después de 5 años había logrado poner en orden su vida y empezar de cero pero un día, al entrar en su consulta, se encuentra con la inesperada visita del señor R quien esta vez no viene con un trato amenazante si no con la esperanza de que el doctor Starks le pueda ayudar.
Los hermanos del Señor R, Merlin y Virgil, están siendo amenazados; Virgil recibió vídeos donde se le indica que debe asesinar a su hermano Merlin o la familia de este pagaría las consecuencias.
El Señor R le ofrece al Dr. Starks un trato que no podría rechazar; si este lo ayuda a descubrir quién está amenazando a sus hermanos él le garantiza que se librará de ellos por siempre, olvidando la venganza que quedó pendiente y cada quien podría seguir con sus vidas.
Sin tener otra opción el Doctor Starks acepta enfrentarse a esta nueva pesadilla, ciego ante la situación que se avecina y de la cual no tenía sospecha o control alguno.
Conclusiones de Jaque al Psicoanalista
Katzenbach te mantiene al borde del asiento con los twist que lleva la trama, en la cual nada es lo que parece. Es una novela adictiva donde desde un comienzo tanto el Dr Starks como el lector están enterados de que esta vez “alguien debe morir” solo no está definitivo quién será.
Al igual que en la primera novela, el libro tiene un comienzo un tanto lento, aunque a diferencia del anterior ahora ya conocemos a los personajes y no es necesario detenerse en detalles extensos.
Totalmente recomendado, es una historia que te atrapa, si te gusto la primera parte esta es definitivamente una continuación que se debe leer puesto que lleva una estructura bastante similar.
«Una promesa suele estar tan cerca de ser una mentira como de ser una verdad»
